Lugares recónditos para disfrutar la naturaleza.
Hay hospedajes aislados a los que nadie podría resistirse. Entre las recomendaciones de la revista National Geographic Traveler, están:
Valle de Guadalupe, Baja California
Hotel Endémico
El Valle de Guadalupe en Baja California es una región famosa por la excelente calidad de sus vinos, pero tiene un secreto bien guardado: su desierto, desde donde el firmamento se observa con toda su plenitud. Justo en el kilómetro 35 de la carretera Tecate-Ensenada se encuentra el proyecto Endémico Resguardo Silvestre, abierto desde junio de 2012. Su nombre refuerza el significado del concepto, al llegar parece como si el complejo siempre haya pertenecido ahí, además, en la cocina utilizan especias y plantas que son endémicas de la zona, prueba las salsas hechas con chiles secos mezclados con plantas del desierto.
El arquitecto Jorge García se encargó del diseño de los 20 búngalos o eco-lofts contemporáneos distribuidos en una superficie de 94 hectáreas, cada una se eleva del suelo gracias a una estructura de acero para no tener contacto con el terreno. Además, el material va desplegando distintas tonalidades con el tiempo por lo que se logra una armonía entre el medio y la obra. Todas cuentan con una terraza al aire libre con chimenea para disfrutar del firmamento estrellado o de los viñedos. «Parte de la filosofía es respetar la naturaleza en la mayor forma posible. El planteamiento del diseño proviene del concepto de crear una casa para acampar de lujo», señala el equipo de graciastudio. Antes de partir no dejes de elaborar tu propio vino con la ayuda de un enólogo del Valle de Napa, en su bodega Encuentro Guadalupe.
Sin duda este concepto es único en México. Además de estar dentro de una reserva natural catalogada por la Unesco por su diversidad de aves, cada espacio está concebido respetando el medio ambiente. No por nada su arquitectura es un ejemplo veráz de que sí se puede combinar lujo y confort sin dañar el entorno, y su construcción está certificada también por la Unesco. Hospedarte aquí no sólo te envuelve en una experiencia única, sino que te concientiza.
Rodeado de vegetación, sin luz eléctrica, vuelves a escuchar las ranas, recorres el huerto donde se cosecha parte de tu alimentación diaria, y por si fuera poco, tienes la opción de ayudar en la recuperación de huevos de tortuga, en su protección o en su liberación.
También puedes disfrutar del amanecer remando un kayak y guiado por el biólogo residente que te explicará a detalle la riqueza de la laguna que atrae a una variedad de aves que son el verdadero lujo de este hotel. Por si fuera poco, los palafitos son un balance entre comodidad y austeridad. Aquí se confirma que menos es más. Cada uno con una personalidad diferente, está amueblado con un gusto exquisito. Las regaderas al aire libre te conectan de inmediato con la naturaleza. Por las noches, las estrellas son tu única iluminación.
Isla de Holbox, Quintana Roo
Xaloc Resort
Holbox es una isla pequeñísima localizada al norte de Quintana Roo, donde las calles son de arena y en lugar de coches hay bicicletas. Es uno de los destinos favoritos del pez más grande del mundo: el tiburón ballena. Puedes nadar con él de mayo a julio y de paso admirar tortugas, delfines y mantas diablo, entre otros. Justo sobre estas playas de arena blanca se ubica un pequeño hotel ecoturístico.
Juan Félix Sánchez llegó de Mallorca a México con la esperanza de construir su hogar, pero encontró Holbox y decidió compartir su hallazgo. Posee 18 cabañas, nueve habitaciones y dos suites, todas decoradas con estilo rústico. Tiene un restaurante, dos piscinas, un SPA y una sala de lectura. Pide un recorrido por el santuario Isla de Pájaros, los cenotes o para ir de pesca. Preocupados por evitar la contaminación del suelo y el mar han implementado un sistema de reciclaje de desechos y agua.