Descifrar el sistema elamita lineal de escritura es equiparable a comprender los jeroglíficos egipcios, explican arqueólogos.
Hacia el año 2,300 a.C., la civilización elamita ya tenía la necesidad de escribir. Y lo que es más: habían avanzado tanto en el nivel fonético de su lenguaje, que diseñaron un sistema lineal para representar cómo se escuchaban sus palabras. A la ciencia contemporánea le llevó más de un siglo descifrar este complejo sistema de símbolos, que parecía inquebrantable para los arqueólogos y lingüistas más versados en historia antigua.
No es la primera vez que la ciencia intenta quebrar el sistema elamita lineal. Por el contrario, los intentos por comprender el primer sistema escrito que considera sonidos datan de décadas atrás. Ahora, un equipo de arqueólogos de la Universidad de Padua, en Italia, culminó la investigación después de 15 años de trabajo. Esto es lo que sabemos.
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Después de 120 años de esfuerzos
El sistema elamita lineal se descubrió, originalmente, en 1901 al oeste de Irán. Hace 120 años, los exploradores descubrieron la primera evidencia de este sistema de escritura antiguo en Susa, una antigua ciudad que habitaron los primeros persas. Los investigadores encontraron una serie de piezas de metal, a las que se refirieron como «vasos Gunagi”.
De acuerdo con la datación original, esta serie de vasijas se forjaron hacia el año 2,000 a.C. Al analizar los vasos nuevamente, los investigadores de la Universidad de Padua lograron descifrar 40 inscripciones antiguas. Una de ellas versa como sigue:
«Para la dama de Marapsha, Shumar-asu, yo he hecho este vaso de plata. En el templo que será célebre por mi nombre, Humshat, yo lo he depositado como ofrenda para ti con benevolencia», según escriben los autores en Sciences et Avenir.
Hasta ahora, los investigadores lograron quebrar el 95 % de esta enigmática escritura. Algunos autores se han mostrado escépticos a las traducciones que se consiguieron. Además, no está claro si todos los artefactos empleados en el estudio fueron adquiridos de manera legal.
Por la complejidad del sistema elamita lineal, y por la poca información disponible sobre esta civilización antigua, el logro del equipo de Padua marca un hito en la investigación arqueológica contemporánea. Algunos medios han comparado esta hazaña a cuando, en el siglo XIX, el historiador francés Jean-François Champollion logró quebrar el código de los jeroglíficos egipcios.
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