Observan el cuerpo como un todo, y presionan algunas áreas para sanarlo. El método es cuestionado.
Los osteópatas observan el cuerpo como un todo. Intentan desbloquear trabas, reubicar aquello que está obstaculizando el funcionamiento correcto del físico y activar los procesos de autosanación del cuerpo. Su principal herramienta son las manos, que son las que les permiten detectar y tratar trastornos funcionales.
La idea de base es que el sistema motriz, el cráneo y la médula, al igual que los órganos internos, están interconectados a través de la fascias, es decir, tejidos conectivos muy resistentes. Y las suaves presiones y maniobras de los especialistas se proponen desbloquear esas conexiones cuando lo requieran. No apuntan a tratar los síntomas, sino la causa del problema.
"Palpamos y sentimos, observamos todo el cuerpo", explica el presidente de una Asociación de Osteópatas del sur de Alemania, Georg Schöner. Prácticamente nunca se aplican herramientas externas. Si bien los osteópatas pueden evaluar una resonancia magnética, "las imágenes suelen ser parciales, con lo que no nos resultan suficiente".
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Schöner explica el enfoque del osteópata tomando un ejemplo clásico: la hernia de disco. "Este tipo de hernias nunca desaparecerá sin tratar el intestino grueso", señala. El disco intervertebral está conectado con el intestino a través de fascias, y "las tensiones intestinales son transmitidas hacia los discos", añade.
Quienes tienen una postura crítica hacia este tipo de terapia señalan que la osteopatía no cuenta con un verdadero fundamento científico y que además parte de la base de que todas las enfermedades pueden ser tratadas de un modo manual.
En 2009 la Asociación Federal de Médicos Osteópatas de Alemania solicitó una evaluación. El resultado: los especialistas consideraron que "sólo existen afirmaciones medianamente certeras sobre la efectividad de los tratamientos en relación con unos pocos cuadros", particularmente en síndromes crónicos vinculados con la columna.
En tanto, la osteopatía ha crecido en varios lugares del mundo. Son cada vez más las personas que recurren a estos especialistas, a veces incluso en reemplazo del fisioterapeuta. Sin embargo, las coberturas médicas no reconocen en todas partes este tipo de tratamiento, con lo que muchas veces los afectados deben recurrir a su propio bolsillo si eligen este medio.
En algunos casos, esta falta de reintegro económico por parte de los sistemas de salud se debe a que la profesión no ha sido reconocida o a que no en todas partes se han establecido parámetros que definan la formación de los osteópatas. Por eso resulta tan importante que, a la hora de tratarse, los pacientes busquen recomendaciones y antecedentes de los especialistas a los que recurrirán.
La osteopatía también puede servir como complemento de otro tipo de tratamientos. Y los mismos osteópatas saben reconocer sus limitaciones: las heridas severas, las fracturas o incluso padecimientos psíquicos son derivados a otros profesionales.